Un vago desengaño deformaba y desteñía los sentimientos y las alegrías a que estaba acostumbrado. El jardín ya no tenía perfume, el bosque no me atraía; el mundo a mi alrededor parecía un saldo de cosas viejas, gris y sin atractivo; los libros eran papel y la música ruido. Así van cayendo las hojas de un árbol otoñal, sin que él lo sienta; la lluvia, el sol o el frío resbalan por su tronco, mientras la vida se retira lentamente a lo más íntimo y lo más recóndito. El árbol no muere, espera.
D/S
La Sonata de la Muerte
miércoles, 27 de mayo de 2009
Tristeza 1.31.00 - 26.05.09
V.
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'persôna,ae'
muchas veces grite" nunca debí de nacer, yo no lo quería..." pero en verdad yo lo deseaba, deseaba poder encontrarte, si a ti, se que lo entiendes y se que no.. pero sigues ahí, gritandome, retandome, amandome a tu manera.