lo que tengo es lo que se ve, aun en mis manos logro reconocer el aroma que dejas tu piel.
clavada a mi cadera acoplada encontré la tuya, clavada a mis cabellos, encontré los tuyos, como la vil serpiente vi tus piernas enredarse en las mías, vi tu rostro acurrucarse en mi pecho y tus latidos volverse lentos, solo para sentir los mios, galopantes...
se quemaron las hojas y dieron paso a las palabras, se quemaron los corazones y dieron paso a los sentidos, olvide mis ojos y aprendí a usar los dedos.
recorrí el sendero clavado de rosas muertas y no ame a ninguna, camine por las orillas del mar y no me deje seducir por las que se postraban a los pies, trote entre furiosas manadas y asuste a los ojos que querían decir palabras serias, no me importo frió, ame el calor, no me intereso el sol, pero si vi la luna, no me importo los siglos, si el reloj, no me importo la estirpe, si la que creare....
no me importa gritarlo, pero lo atesoro cuidando tu ojos...
cuando será el día en que sea solo yo y seas tú, para dar paso al nosotros ....

me éxito me éxito me éxito . . .
ardo en ansias . . .

3.51 lo que odie

Del grito incomprendido a llegar a este paramos
en la botella de cristal, cuarzo brillante en mi pecho desnudo, clavado a la boca del huracán
porque debe temer a esto, o vivo aquí
yo nací de esto, yo sigo día a día, la luna inalcanzable,
la rosa del viento
tus ojos que conocen el sonido de mis latidos
como te pierdes, como me pierdo

como salgo como sales, que risa...

el sonido de un eco de a dos
la risa extraña
las peticiones centradas, pero risueñas.
las gotas rojas que se precipitan relampagueante en mares de fatuo sabor.

las uñas, las falange, los nudillos, las muñecas, todo arrancado con tenazas de mirrodin, para crear el soneto perfecto, de que sirven, si los usos son mal pagados y no conocen el orgullo propio, quiero quiero quiero...

un cántico a la vida que conserve la ingenuidad de un pétalo en el viento, de una corriente fría de verano, de un hielo ardiendo en el desierto, quiero saborear la tierra que pisan los coyote y dingos, la carne muerta, el rojo vestido, que cubre las saladas praderas del silencio perpetuo y el calvario de las aves bajo el ardiente mar de fuego...

quiero quiero quiero...

no temer, yo nací

quiero quiero quiero...

comer de la basura del smock primate y la neutral quimera..
quiero el roció de las lágrimas de Dios, quiero que sufra de la manera que mis ojos, pidan clemencia de la risa y la dicha
vamos quiere, desea, goza del umbral, del crepúsculo donde el arriba es abajo y el abajo es mañana, para por fin, decir;

" Si, hoy es el primer día"